Los comechingones vivían en las sierras de Córdoba, en la región central de la Argentina; ocupando lo que hoy es la zona de Calamuchita, San Javier y Los Molinos. El término comechingón procede de “comí” serranía o sierra, “chin” pueblo y el sufijo “gon” plural de la palabra pueblo, “pueblos de las serranías”.
Denominación y etnónimos
Los comechingones se autodenominaban como hênîa -al norte- y kâmîare -al sur-(los dos grupos principales), subdivididos en aproximadamente una decena de parcialidades.
El apelativo «comechingón» parece ser la deformación de una palabra peyorativa que les daba la etnia salavinón -o sanavirona- que hacia el siglo XV, procedente del interfluvio río Dulce-río Salado (actual Provincia de Santiago del Estero), invadía los territorios ancestrales de los henîa-kamiare. Los sanavirones los llamaban kamichingan, que en idioma salavirón parece haber significado 'vizcacha' o 'habitante de cuevas', esto debido al tipo de vivienda semisubterránea de los henia-kamiare.[cita requerida]
Sin embargo según la crónica del conquistador español Jerónimo de Vivar, escrita en 1558, el apodo les fue dado directamente por los españoles al escuchar el grito de guerra de los henîa: «¡Kom-chingôn!». Según Vivar este grito se traduciría por «muerte-a-ellos» (a los invasores). Es probable que los sanavirones "entendieran" y "tradujeran" con mofa tal clamor de guerra de sus enemigos con la palabra «kámichingan».
Al olvidarse con los siglos los étimos, ya desde el siglo XIX estaba divulgada la pseudo-etimología que suponía muy erróneamente que la palabra comechingones significaba comedores de trozos de tierra.
Etnogénesis
Muchos antropólogos tienden a considerar a los hênia-kamiare como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido. Dos rasgos de los comechingones que más han llamado la atención son su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 m en los varones) y la existencia de una frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos. Los ojos claros eran llamados soto, y esta singularidad más el hecho de ser barbados y las pictografías como las de Cerro Colorado en donde se observan grafismos que en su forma recuerdan a las runas y que reproducen individuos montados sobre caballos y con algo que parecieran ser yelmos hizo que varios antropólogos del siglo XX creyeran en un origen (o al menos un fuerte influjo) vikingo en la etnogénesis de los hênia kamiâre,2 aunque en la actualidad tales teorías están prácticamente descartadas y el hecho por el cual en algunas pictografías aparecen dibujos muy estilizados que parecen drakkars o la presencia de personajes ecuestres se explica por la sencilla razón de que en tales pictografías los hênia kamiâre estaban representando la irrupción de los españoles en el s XVI.
Aunque los estudios revelan un predominio huárpido (al parecer el más antiguo), en la etnogénesis de este pueblo, a lo largo de miles de años, influyeron también linajes pámpidos, ándidos e incluso amazónidos, esto se explica por la ubicación geográfica de su territorio, que era la encrucijada de las diversas corrientes poblacionales prehistóricas del territorio que hoy es Argentina.
Quizás los hênia-kamiare remonten sus orígenes a poblaciones de la cultura Ayampitín milenaria (al menos existente desde el 6000 a. C.), cultura arqueológica que ha dejado rastros hasta en Tarija (que contiene una similitud en su habla con el habla cordobés), pero, por el momento (diciembre de 2006) no existen datos que permitan decir con certeza plena que la cultura Ayampitín (nombre de un sitio del noroeste cordobés) sea correspondiente de un modo absoluto a un "momento formativo" de la etnia de los hênia y kamiare o "comechingones".
Casi con certeza la llamada Cultura Ongamira que comprendía Ongamira, Quebrada de Luna (los Terrones), cerro Minas y cerro Colchiquín, surgida hacia el 4600 a. C., es precedente directo de la cultura comechingón, aunque recién se puede hablar de una cultura comechingón en el período que va del 500 al 1600 d.C, diluyéndose esta cultura con la criolla-española tras el siglo XVI; uno de los últimos asentamientos con una cultura "comechingona" típica se ubicó en la localidad de Nono hasta el 1750, y tras 1600 corresponde hablar de una cultura "comechingón"-española.
La última comunidad hênia kamiâre de linajes reconocidos fue la de Tulián o Tolian, reconocida por los primeros gobiernos patrios argentinos y existente hasta mediados del s XIX en la zona de San Marcos Sierra; luego tal comunidad se mezcló totalmente con gente de origen europeo.
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